Qué problema no encontrarte en el frío de la calle, pienso. Mientras cual soundtrack se escucha Long as I can see the light”, en la inconfundible voz de John Fogerty y te suspiro. Veo la luz, aunque no termine de saber cuál de ellas es. Tal vez pueda quedarme toda la noche escuchando esta canción, o al menos mientras pueda ver la luz que vela tu sueño y te desvela tan frágilmente. Necesitaría sentir esa intensidad de tu presencia, de tu palabra, de tus letras; otra vez. Para soltar o quedarme, para entender. Para que la tercera sea la vencida, aunque someday never comes...
“
Un día gris en el callejón,
donde nada pasaba, donde no había sol
Y entre bruma y espuma,
tu nombre cayó como una ola en mi interior
Y nos dimos un beso que nunca sucedió.
Y nos fuimos cantando al ayer, al pasado
ese que nunca volvió.
Ahí lo pude ver, no era un pájaro más
era tu alma blanca sedienta de amor
Y nos fuimos los dos, cantando esta canción,
que hablaba de futuro, que hablaba de los dos
Y así pude ver lo que ayer soñé
entre tintas y líneas escrito en el papel
lo que iba a pasar y que no sucedió.
Ese estúpido verso
de sentirse menos
cuando se trata de dos.
Allá te veo brillar, lejos como el mar
y aun me faltan los besos
escritos en los versos
donde sobra soledad.