jueves, 30 de octubre de 2008

y estas manos cansadas, que se han secado en el intento de llegar hasta ti, llevaban junto al pecho el extraño sentimiento de nunca mas escribir.

sábado, 18 de octubre de 2008

Resaca

Desperté y tenía sangre en mis manos. Entre la confusión no entendía que estaba pasando, solo podía ver el bordó en el mis dedos quebrajarse con el movimiento. Desperté y las once botellas vacías en el cajón no ayudaban demasiado para saber por qué había sangre en mis manos. Miré, pestañando sin parar, hacia la ventana ¡Qué fuerte pegaba el sol! Encandilado me senté al borde de la cama, mientras miraba mis manos, o la sangre en ellas.
Salí del cuarto. En el espejo del pasillo busqué sin suerte alguna marca que me pueda ayudar, nada podía ver, nada. Hasta que me encontré con mis ojos y bien al fondo de ellos un brillo extraño llamó mi atención. Fije la vista en mi propio reflejo y el cuerpo tembló entero. Temeroso del olvido volví hacia la habitación, antes de entrar alcancé a ver bajo el borde de la cama un pedazo roto de la botella que completaba el cajón. Frené mi marcha justo debajo del marco de la puerta y recordé al volver a mirar mis manos que esa noche, un poco antes de dormir, te estaba acariciando.

DaD. 13 de octubre de 2008

lunes, 13 de octubre de 2008