miércoles, 30 de marzo de 2011

Un pequeño lugar en La Plata

Un pequeño lugar en La Plata

Cruzas la calle atravesando el boulevard y te metes derechito. Ahí te recibe Alfredo a no ser, claro, que esté justo atendiendo en otra mesa. Cordialmente te saluda y repite tu pedido al encargado de la cocina. El ambiente es agradable, los habitué de la mañana tiene cierta relación hospitalaria previa.

Hay un televisor siempre apagado, de fondo suenan tangos en continuado. Cinco heladeras se esconden a la vista en un costado con bebidas para cuando el Café se convierte en Restaurante y en las paredes varios cuadros emulan viejas publicidades de bebidas.

Tal vez el café no sea de excelencia pero cumple sus dos requisitos básicos; mantener el buen sabor y su temperatura al bajar en la tasa (¡En tu cara McCafecito!) y las medialunas calentitas acompañan muy bien. Los diarios gratuitos circulan por las 13 mesas circundadas por las sillas que componen la recepción.

Se hace inevitable oír los rumores vecinos que entretienen con historias de la medicina, mientras la rubia entrada en años con su voz fuerte de cigarrillo habla de su Independiente en mala situación, aportando soluciones factibles y recriminando los puntos perdidos.

Pequeñas historias de café, que distraen la mañana antes de volver a cruzar la calle.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Un día tenía que pasar…

…que por más leve que haya sido, el conteo suba solo. Recupere unas diez mil (estoy en 58mil de 48 de la semana anterior) un buen viernes a pesar de tener dos pinchazos, producto de un infructífero primero. En el entre tiempo que propone la toma de la muestra a sus resultados nos fuimos caminando por la 1 hasta el Bosque. Allí donde reposa en silencio la remodelación trunca del estadio de Estudiantes, pero que enfrente tiene a su clásico Rival Gimnasia. En el Zerrillo se entrenan a puertas cerradas de cara al partido contra Tigre del lunes 21. Espío un poco y al rato volvemos al hospital.
Parece que la baja se debió y se debe a estar pasando por un leve cuadro viral, lo que produce mas anticuerpos que se pegan a más plaquetas para que estas perezcan en mayor numero, igual la doctora Rosana (de la que no recordaba el nombre la semana pasada) recalcó una o dos veces que si todo sigue bajo se intervendrá quirúrgicamente, lo cual es más lógico que seguir medicando. A volver en diez días que convierto en once para que sea martes 29.

jueves, 17 de marzo de 2011

Imagenes

Algunas fotos:

En Vicente López (por Luis)



Los pasajes de Ida a La Plata (control del 11-mar) tren+Plaza+TALP S.A. $13.35



La famosa tabla de medicación.



Mañana (18-mar) de nuevo a control, a ver que pasa.

domingo, 13 de marzo de 2011

Recortes Sueltos

15 de Enero – Superclásico de sábado cenando con amigos.

Están jugando Boca y River en Mar del Plata, lo escuchamos por radio mientras cenamos. Hoy no solo vino Gonzalo, están Luis y Emiliano con su novia Eugenia, quien preparó “Madalenas” (una exquisitez). Entre porciones de pascualina de jamón y queso, empanadas de pollo y carne (que no probé) y mi churrasquito con puré, pasan las charlas. Lo que no pasa desapercibido ante un silencio es el relato del encuentro por La Red al escucharse (en referencia al jugador de River) “Lamela hacia abajo” Si bien uno no puede estar escuchando con doble intención todo el desarrollo, esta vez fue inevitable. El silencio cayó justo.

31 de Enero – Es chico el mundo

Martín sale de vacaciones y pasa a presentar al médico clínico (uno de ellos) que se quedará a mi cargo. Le reconozco la cara, no sé quién es pero sé muy bien que lo he visto antes. Incluso en donde, pero me llamo a silencio.
Olvido su nombre, como me pasa siempre, como si nunca lo hubiese escuchado. Al ver el banderín de Tigre colgado sobre la cama me hace referencia a que es del Barrio, incluso me indica las inmediaciones de su hogar.

El 2 de febrero hablamos en el Hall y le pregunto: - o tenes un hermano muy parecido o yo te he visto en la cancha muchas veces antes.
- Hermano no tengo, me responde y continua, ahora hace un tiempo que no voy por el Hospital, pero si iba en el ascenso y en los primeros años ahora en Primera.
- Ah! Entonces si te tengo visto, si ibas a la cabecera, yo paraba siempre en el mismo lugar.

Qué copamos en todos lados y a Victoria nadie va



03 de febrero – Ecos del fin de mes

Lo conté antes, el fin de mes está representado en un lunes extraño. Cortes de luz, laboratorio con fallas en las computadoras, desconfianza en los conteos realizados, el aire acondicionado sin andar y el rumor a voces de que entre los cortes de luz algunos se quedaron encerrados en el ascensor. Lo que además motivó tener que ir hasta la cocina en busca del almuerzo.
Hoy cuando Cristian me llevaba en la silla de ruedas hacia la tomografía me entero que al dejar de cumplir su misión de ascenso y descenso, el elevador tuvo encerrados nada más y nada menos que al médico que me estaba llevando y a su compañero Martín.

sábado, 12 de marzo de 2011

La tercera ¿la vencida?

La tercera ¿la vencida?

Luego de dos semanas cubiertas de actividades y buen ánimo, llegó el tercer control. Unos días antes al viernes 11 de marzo, note un cansancio que provenía más allá del insoportable calor y el movimiento, sumado a esto que volví a encontrar el ganglio inguinal algo inflamado.

El pasillo del hospital estaba repleto de gente, lógico luego de un día de paro en todos los Hospitales provinciales. Así y todo la atención es más rápida que en la visita anterior. Sin embargo al igual que aquel día, cuando me pinchan me duele todo el codo izquierdo.

Unas vueltas por La Plata, ahí no más, como siempre por el barrio y un largo reposar en la plaza Matheu. Hermosa plaza con juegos y una gran arboleda. Un adentro bien separado del afuera.

Volvemos y extrañamente me atienden temprano (dos horas antes de lo habitual) Otra vez Fernanda que me llama, al entrar al consultorio nos presentan a otra doctora, de más año, de la que no escuche el nombre. Después llegaría una tercera, Verónica.

El conteo ha bajado en lo que es “la primer recaída” de 103mil hoy son apenas 39, y me dan diez días para volver. No me convence, me parece mucho tiempo conociendo que siempre he bajado abruptamente. Verónica lo baja a siete y concuerdan que está bien. Agregan lo de siempre, ver síntomas y estar atento a todo. Fernanda le pone algo de humor a la situación recomendando “nada de andar subiéndote con la escalera a los techos”, la replica fue obvia: “si no lo hacia cuando estaba bien, menos ahora”. Risas.

¿Cómo seguiría todo? No saben a que medicación reaccioné por lo que sugirieron empezar de cero con una fuerte dosis de corticoides (lo que vengo tomando hace 3 meses), vale recordar que dos semanas antes de salir de Vicente López, pase además por una dosis de Vidasa, cuatro de inmunoglobulina y una de Filgasprin. Para terminar la charla con dos oraciones más: si bajan algo mas podes quedar internado y si nada funciona hay que hacer una espelectomía.

Ahora mis típicos arranques de locura: si me operaban cuando decían, llevaría un mes de recuperación. Internado esperando que algo que tomo hace tres meses me haga efecto; no me parece una decisión certera.

Que pase lo que tenga que pasar, la sangre llega al río, pero el río llega al mar” (Colgados de la luna – Ariel Rot)

Nota: Encontramos a Yabran, puso un Café en La Plata.

Igual los dejo con una positiva: estoy saliendo de la anemia: los hematocrito están el 39% (el ideal en hombres es del 40)

Retratos del baño del Hospital:

..SE
Si ellos lo dicen:

viernes, 11 de marzo de 2011

Incendio

23 de Enero

Incendio

Estamos con mi viejo pasando la mañana del domingo. Él lee el Clarín, yo estoy con el Ole. Somos del grupo (nada más alejado de mi realidad) pero distrae y me mal acostumbré a leer el diario deportivo con avidez. Todo es normal hasta que me asomo por la ventana.

Una cortina de humo comienza a aparecer en el horizonte, lo veo desde mi ventana (de dónde más). Me falta orientación para saber desde donde viene. Saco un par de fotos con el teléfono de mi viejo, hablo por sms con Fernando y Gonzalo a ver si saben algo, este último me llama para preguntarme si se lo decía porque el carbón que está encendiendo larga chispas para todos lados. Nadie sabe nada. Me conecto a internet y, hablando del Grupo, en la página de TN me entero, aunque lo anuncian en José León Suárez.

Esa nube extensa de humo que atraviesa todo el cielo, proviene de un depósito de neumáticos alojado en San Martín. Horas después todos los medios lo cubren. 50 dotaciones de bomberos trabajan en el lugar.

jueves, 10 de marzo de 2011

El asesinato de Daniel Koxis

14 - enero de 2011

El asesinato de Daniel Koxis

Lo vi desfilar por el pasillo en cuadro irrecuperable. La camilla subía por la rampa con toda la velocidad que se le podía dar, aun respiraba, le oprimían el cuello para frenar la hemorragia en el lugar donde supuse, una bala tenía algo que ver.
Sin embargo desde mi punto de vista cenital, el cuadro era más grave. Puedo intuir que su destino próximo es el punto final. La sangre por su boca se derrama en cantidad, le baña hasta el pecho, dudo que la situación tenga una vuelta atrás.

En la vereda de enfrente la imagen era más fuerte. Quien llora es su hijo. Vestía un pantaloncito de fútbol, estaba sin remera y descalzo. En pies y manos se le secaba la sangre de su progenitor. Dio vueltas buscando explicaciones en el aire, en medio de la calle cargada de patrulleros y policías que lo acompañaron hasta nosocomio. Se quedó sentado contra la pared, mirando fijo la entrada de la Guardia, allí donde se desprendió de él. Algunas mujeres eventuales o no, intentan el consuelo de la caricia en el pelo, pero sus ojos están en otro lugar, es probable que estén repasando los hechos que en apenas minutos le están cambiando la vida.

Los policías que trajeron y acompañaron a la víctima se comunican por radio para ampliar la situación desde acá y seguramente averiguar cómo están las cosas en el lugar de los hechos, que no es lejos del Hospital. La gente que se acerca para ver al chico o hablar con los vigi lo hace a pie. Uno de los uniformados intentab ampliar el relato del rubio desconsolado, mientras otro ingresaba por la emergencia al Houssey.

Desde mi habitación comience a hablar con los enfermeros para intentar conseguir algo de información como en el caso anterior. Pero esta vez no están muy enterados, incluso le comente al de limpieza, que intentará averiguar con sus colegas.

Un día después me cuentan del nombre y de lo confuso de la situación, parientes de visita me completan el resto. Otra foto que no existe.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Me persigue la noticia

Me persigue la noticia

25 – Diciembre 2010

El instructor de tiro

La Navidad transcurre y se escurre de la única forma en que puede pasar estando acá, es decir, es un día más. Luego de almorzar con mis viejos, la tarde se hace algo lenta y les insisto para que vayan a casa para descansar un poco, el lunes vuelven los ritmos hospitalarios y mi mamá iba a tener que venir para acá temprano. Me asomo por la ventana para verlos irse juntos en la moto.

Al girar hacia adentro, un tronar de sirenas envuelve mi atención. Imposible no asomarse a ver bien que es lo que ocurre. Por debajo del pasillo alto que comunica el exterior con la guardia por la calle Caseros, veo las ruedas de la camilla y varios pares de piernas alrededor que componen el cuadro de emergencia.

Expectante observo las ruedas dirigirse hacia la puerta que desde acá no veo, el punto ciego genera cierta ansiedad que son segundos estirados, allá se asoma recostada una señora mayor, tiene el pelo corto, teñido de castaño, le cuesta respirar. En su vestido floreado veo una mancha de sangre a la altura de su pecho izquierdo. Abro el pliegue de la ventana, las declaraciones son contundentes y se quedan conmigo para siempre: “Tiene un balazo posiblemente dos, no la pudimos revisar en el lugar, el esposo está fallecido en el lugar con dos disparos”. La camilla gira hacia la última subida y rápidamente desaparecen de mi cuadro.

Enciendo la tele, pero los dos canales de noticias están con lo más destacado de toda la navidad, hacer el recuento de heridos por corchos, aun con más énfasis que con la pirotecnia.

Es de noche, consulto con alguno de los clínicos de guardia que me revisan sobre si sabían que fue lo que pasó. “Es un matrimonio que asesinaron, pero no lo sé muy bien”. En la mañana insisto y me comentan “Ah! Lo del policía, si un desastre ayer”. Más tarde, horas antes que me corten el cable desde adentro del mismo Hospital (macanuda la gente) llego a ver que un instructor de tiro había asesinado a balazos a un matrimonio vecino dentro de su auto. De tener mi cámara hubiese podido verle esa foto al diario.

martes, 8 de marzo de 2011

De pirotecnia y media sombra

De pirotecnia y media sombra
Pequeña historia de comienzo de año.

Dan las doce, el país se envuelve en fiesta. Chocan copas en cada rincón mientras se abrazan los unos con los otros. Los augurios de felicidad para los 365 días que restan se multiplican en cada familia, en todo lugar. Incluso acá adentro donde por la televisión suena Andrés Calamaro en vivo. Parados, juntos los tres, contemplamos las luces en flor que encienden el cielo. Tronidos, globos y el adivinar la algarabía ajena.

Debajo nuestro un niño corre hacia afuera con una bolsa en la mano, la hermanita lo acompaña. Su primer encendido es una cañita voladora que pierde el rumbo y apagada se reposa sobre la media sombra de la casa de enfrente. Todos se desentienden de la situación pero intuyo algo; el calor que perdura en el cartón de la cañita voladora. No pasan 60 segundos para que mi pronóstico se cumpla, la media sombra verde comienza a derramar finas gotas de plástico encendido que caen junto a la camioneta estacionada debajo.

El padre del niño cruza para avisar del pequeño incidente, toca timbre y la dueña de casa se asoma por la ventana. No se entiende desde acá la explicación, pero en ademanes podemos ver los gestos que señalan el foco de incendio. La señora asiente con la cabeza, vaya uno a saber a qué. Inmediatamente cierra la cortina y vuelve a su brindis. Papá vuelve a tocar el timbre, la señora sigue sin prestarle demasiada atención y al intentar cerrar una vez más la cortina del ventanal se suma una segunda persona a repartir gestos, sin embargo, la cortina se cierra igual. Ante la insistencia del portero eléctrico, la dueña de casa toma la opción de salir al balcón. En tono desesperado avisa a su esposo la situación, no han pasado ni cinco minutos del nuevo año y el hombre baja rápidamente a mojar el vehículo y luego la media sombra, que además recibe un cuarto de balde de agua desde lo alto. La situación se controla rápido, pero aún queda algo más.

La señora baja a ver cómo está la camioneta. Ambos se reúnen, observan y señalan hacia arriba con gestos de incredulidad y agradecimiento a la buena fortuna. Ven que ya no queda marca alguna del fuego y vuelven a la casa. O al menos eso intentan.

Al salir la señora nunca notó que la puerta se cerró una vez que ella alcanzó el exterior. La pareja se quedó varada en medio del festejo entre el portón de salida y la entrada al hogar. El hombre intentó abrir alguna de sus salidas, con tan poco éxito como yo intentando subir el conteo de plaquetas. No tenía llave ni remera, pero si un peine para su tic nervioso. Minutos y minutos pasaron, el cielo se teñía cada vez de más colores y ruido. El olor a pólvora asomaba por la ventana entreabierta que de contrabando abrimos un poco y el matrimonio esperaba sentado en el cantero la presencia de su hija con la llave para entrar.

lunes, 7 de marzo de 2011

Parte 2 y 3 - Fin de Año - Epílogo

Parte 2 – Fin año

Sé que develaré el misterio, la noche y el año están llegando a su fin. Las demás casas, vacías o llenas, pero ya casi nadie deambula por la calle estamos en horario de la cena. Entre la sombra de los faroles aparece un hombre; pelado, vestido de camisa y jean. Se para frente al portón de entrada y mira hacia arriba.

Ella se asoma, radiante en lo alto, el balcón le sirve de escenario. Se toma su tiempo en bajar, como toda mujer sabe que es su momento de esplendor. Desde abajo el visitante se sonríe levemente, mezcla de ansia y espuma. Una vez arriba no tardan en salir a la terraza, se hacen ver con sus copas de vino, con su danza de cuerpos cada vez más juntos, cada vez más táctiles que observables, más a oscuras, más bajo techo; hasta perderse de la vista de todos, incluso de las luces artificiales que minutos después cubrirán el cielo de todo el país.

Parte 3 – Epilogo

Dicen que el primero de año trae siempre algún cambio. Pero desde aquí insisto con que no toda evolución implica un avance. La tarde es cálida y para sorpresa de este espectador la ventisca devuelve al pelado con una sonrisa de cierta incomodidad (lo que no le quita felicidad). Toca el timbre y como anoche vuelven a subir juntos, con la gran diferencia de que este año carga con una mochila. Todo un cambio, sobre todo para esta ventana que develó un misterio para perder una estrella.

domingo, 6 de marzo de 2011

La flaca

Desde la ventana

La flaca

Parte 1 – Conociéndote

Su sonrisa está floreciendo permanentemente, como en un estado constante de germinación y brillo que se asoma ni bien sale a la terraza del tercer y último piso de un inmueble extrañamente subdividido. Con paso alegre, sutil y delicado trae la ropa para tender. Pelo hasta los hombros, cubiertos por la fina tira de su musculosa blanca. Se la adivina alta, la construcción de cemento no permite ser exacto.

La terraza tiene una pequeña baranda de alambrado verde, con unas siete macetas de plástico y una parrilla de espaldas a mi vista. El techo es de tejas francesas, varias de ellas reparadas tras la tormenta de granizo que azotó la zona a mediados de año. Su gato negro está cazando una mariposa en el balcón, donde más plantas adornan el lugar. También tiene un perro pequeño que sale cuando le abre la puerta.

Algunos días la veo salir, sencilla viste bien. ¡Cuántas mujeres desearan lo mismo! No es exuberante, pero estoy seguro de que no podrías pasar por su lado sin notarla. Siempre saluda a los vecinos sonriendo, no parece tener problemas con ninguno de ellos. Conversa un rato y se va. Me detengo en el detalle que no tiene un horario fijo, es más, por lo genral no la veo salir. Casi nunca.

Estamos en las puertas de fin de año. Con su bikini negro está manguereando la terraza, da unas vueltas y adivino que se recuesta para dorar un poco su piel. Si bien hay nubes, el sol está a pleno para su objetivo. La percibo aún más feliz que lo que suele estar. Por una casualidad temporal, y tras un largo rato que no logro precisar, la veo levantarse y volver adentro de su hogar. Me genera curiosidad lo qué hará, me interroga el cerebro intentar saber a quien espera, o a donde irá. No estoy seguro de por qué, pero enamora el misterio más que su belleza.

Soy un personaje de Hitchcock (Jeff), mirando con atención cada sombra de esa terraza, aquello que me comunica con ella, desde esta ventana donde creo no ser observado. Solo intento adivinar su historia, la que intuyo está por escribir.

viernes, 4 de marzo de 2011

Segundo Control

Segundo Control

La Previa

Es viernes y viajo hacia La Plata para un nuevo control. Todo lo anterior, ya les contaba, ha sido problemático, sobre todo el miércoles con las manos y el pecho teñidos de rosa y con un picazón capaz de derretir hielo por proximidad. El dolor en el brazo derecho lleva una semana, el miedo, la angustia y las marcas en las piernas que aparecieron ayer no hacen de los días anteriores los más agradables.
Todo el mundo diciendo “no te persigas” pero les bastaría una hora en mi situación para entender.

El viaje

Hay paro de trenes, por suerte hasta Retiro nos lleva el Pela. Pasamos a buscar a Yamil que insistió en acompañarnos. Llevamos la notebook (un error cargarme tanto peso en la espalda), el micro sale a horario, en Constitución se llena de gente en los pasillos, así y todo es puntal en el arribo a la ciudad de las diagonales. No he dormido, solo cuatro horas en casa, en el micro nada; estoy cansado y se me nota. En la costera vamos de la terminal al San Martín y dentro del ómnibus hay un pequeños desfile de alumnas de la Facultad Nacional.

y todo lo demás también

Con demoras comienzan las extracciones. Cerca de las 9 me rompen el brazo izquierdo de un pinchazo que no encuentra (se pasa) de la vena, pero luego de un retroceso la sangre es digna de su deber y se deja ir. En los pasillos he visto caras conocidas, solo en su imagen, de la visita anterior. De ahí a desayunar enfrente, como hace 10 días. Esta vez nos fajaron seis pesos (por persona) más por lo mismo que la vez pasada, un choreo.
Caminamos por el Barrio y me surge una (otra) duda existencial: ¿Por qué a la calle 1, le sigue la 115 y no el cero? Mucha planificación pero poca matemática.
Llegamos hasta la circunvalación y sin más nos volvimos al Hospital a esperar en los pasillos.
Sospecho y luego me confirman: Hernán no está atendiendo, tampoco la veo a Yamila. Sin embargo como ritual me dejan hasta después del mediodía. Me llaman, es una doctora y su nombre es Fernanda, y según dijo, desde ahora me atenderé con ella. (y la verdad es que yo la atendería) El conteo es similar al del último control, todo sigue estable y la libertad se extenderá por 14 días más. Le consulto por el brazo, flebitis, paños de agua tibia. Las manchas, son viejas, están marrones. El picazón y el rosado de la piel, posiblemente una alergia, Benadril si pica mucho.
El viaje de vuelta es La Plata-Radio Delta.
Tengo dos semanas para limar los detalles que fomentaran el resto del año, estoy con la energía y la decisión que necesito.



con Yamil en el pasillo

jueves, 3 de marzo de 2011

Pasan los días y crece el pánico.

Pasan los días y crece el pánico

Lo sé bien, lo tengo claro; bajando (al fin) la dosis de corticoides, más la desintegración del efecto de la inmunoglobulina; el conteo puede caer. La cuestión es que no tengo síntomas, o sea nunca los presente, ni petequias, ni hematomas que no sean producto de algún golpe y cómo tener en consideración algo de sangre en las encías, si hace una semana salió algo de sangre al cepillar y dos días después el conteo pasó los 100mil.

A donde apunto con esto? A que es imposible despegarse de la situación clínica. Cómo puede uno estar tranquilo, no asustarse si no sabe lo que pasa adentro. La única forma de notarlo es con un sangrado para lo que ya es como un poco tarde (sobre todo si es interno). Hay otra cuestión, que es el temor a volver a pasar los días internado. Si aún están haciendo estudios por que dudan de los diagnósticos, significa que tengo que seguir esperando guardado una vez más, pero lejos, lejos de todo. Debería ir a sacarme el miedo, la duda, lo vengo pensando pero hoy juega Tigre y no da tener una chance de perdérmelo. Pero si, soy consciente de mi inconciencia como así también de los temores y de todo lo que trae aparejado el encierro prolongado, aun lo padezco en los granos del corticoide, en las postulas en la espalda, en esta picazón en mis manos teñidas de rosado y sobre todo en aquellos nervios de los últimos días en la lejanía platense.


"y toda la frente adornada con espinas..."

miércoles, 2 de marzo de 2011

Parte 2 –Prueba superada

Parte 2 – Prueba superada

El conteo es un poco más alto que antes de irme de alta, me renuevan la libertad, esta vez por diez días. Debo volver el 25, que es viernes y se casan Adriana y Osvaldo.
Descartan, o mejor dicho descreen casi con seguridad, que el conteo haya subido por la inmunoglobulina, me recortan el corticoide de 20mg a 15 por una semana, luego debo llevarlo a 10. Habrá que ver como responde el cuerpo, es decir: si se cae todo o se mantiene.
Mientras tanto la sangre de la semana pasada está siendo estudiada en busca de los factores inmunológicos que estén generando el cuadro. Sé por experiencia que estas cosas tardan, lo bueno es poder aguardar las noticias en casa y no en cuatro paredes lejanas y extrañas. Si caigo internado sé que no me van a operar en lo inmediato, primero hay que esperar estos resultados y algunos más. También me hablan de que aun no superé el cuadro de anemia y que si no levanta en la próxima visita, lo verán más profundamente.
Les dejo la muestra de médula del 23 de diciembre que me dio la doctora el viernes cuando la visite, les paso la medicación que tome en noviembre cuando tuve la infección, intentan reconstruir el cuadro de cuando me aislaron.. Ya veremos que pasa, que resulta de todo esto. Cuando vuelva se habrán cumplido dos meses y unos pocos días de que todo esto comenzó, a veces creo que todo sigue en el mismo lugar, como un eterno 22 de diciembre.




Recorriendo el Barrio, me surgió una duda, que colectivo tomarme:

martes, 1 de marzo de 2011

Primer Check Point

Primer Check Point

El pela no llevó en auto a Retiro, regalándonos a mi vieja y a mi, media hora más de sueño. Justo ahora que por las noches duermo tengo que amanecer a las cinco. Nos subimos al micro y arranca, con extrema puntualidad llegamos al hospital a las ocho. Me saluda Federico al pasar, como así también quien me sacó sangre el sábado. Cuando me llaman para la extracción la chica también me reconoce y me pregunta si no es que me sacó en Sala.
- Si, la semana pasada
- te estabas por ir, me responde.
- Así es, al otro día. Le dije terminando el dialogo.
Ahora caigo en cuenta de algo que venía observando y no terminaba de mirar. Puedo responder a la pregunta del primer día en Vicente López ¿Cómo sabían que yo era yo?
Es cada vez más obvio: soy joven. Los pacientes hematológicos en su gran mayoría son gente más grande pasando los 50. Todo esto lo planteo ahora que miro el hospital desde enfrente tomando un café doble para quitar el ayuno. Además interrogo al tiempo: Cómo voy a llegar a los 60? ¿Tendré los tobillos púrpura inflados en sangre? ¿Seré un viejito lleno de hematomas? ¿Seré?
De todos modos el interrogante más grande es este de saber a que reaccioné para levantar el conteo, si esto es una reacción química o física. ¿Se extenderá en el tiempo esta especie de cura o será el bazo quien pague la cuenta? Si pensamos que todo comenzó con un transplante de médula sería una cuenta ligera.

Azota el viento platense,
la tierra se levanta y vuela.
En unas horas, que son espera,
aguardo el conteo de plaquetas