viernes, 25 de junio de 2010

Lo que pasó después

Caminando por Florida una vez más,
hoy todo parece igual.

Del subte no me quiero olvidar,
cuando en trompeta, flauta y bongó,
más una guitarra y ninguna voz
se oyeron los acordes de Karma Chameleon

para darle alegría a un vagón que parecía
una caja de recuerdos vacía.
Una soledad sin salida
Ecos de todo, hasta de lo que no había.

Mientras por la calle Florida
nada deslumbra ni distrae.

Esquivo la Plaza
por el recorrido más largo,
las ganas de volver
cada vez están mas abajo.

Un cartonero me recuerda
que hace un rato
cruzando Córdoba
casi me pisa un carro.

Perdura el silencio
aun en el tren,
que apaga y enciende sus luces
dos veces, tres.

Se sube un Travolta joven
que no sabe de estaciones
y a mi lado una vieja bruja
nos maldecirá la noche.

Un loco cargado de olor
como la semana pasada,
en un tren anterior
aleja a la gente de su alrededor

Vuelvo a Tigre como siempre
sin alguna anécdota más
pero dejando alguna rima fatal.

DaD. 25 de junio de 2010

martes, 22 de junio de 2010

Húmeda espera

Podía ser todas o ninguna de ellas, estaba en su decisión el poder elegir. Afuera el aire húmedo se vestía de spray, una imitación barata de la llovizna. Los minutos pasaban cada dos o tres aberturas de la tapa de su celular. A media luz los costados del pasillo dibujaban soledad, enterrando mas profundamente el silencio.
Aquel pibe que esperaba un brillo, sintió como el frío pasaba ligero entre los rostros con sueño de quienes rendirían un parcial.
Llegó la hora, su mensaje nunca fue respondido. Inútil resultó el tiempo agregado, tanto como imaginarla en cada presencia desconocida, para lamento de quien espera más de una hora, ella eligió ser ausencia.

DaD.- 18 de junio de 2010

viernes, 18 de junio de 2010

Entre subtes e infiernos

¿Y si este religioso con cara de loco y expresión fundamentalista s e inmola en este subte luego de leer la Biblia que lleva en sus manos? ¡o peor aún! ¿Por qué no me bajo?
Viste de chaleco negro como su pantalón, y una camisa blanca; lo analizo buscando posibles artefactos explosivos entre sus ropas. Nada parece rellenarla. La única posibilidad está en que esa Biblia no sea tal. Llegamos Uruguay, no sé si la gente se baja o huye. En su mano derecha un anillo le viste como garra el dedo índice, plateado como el parante de metal en que se apoya.
Completa esta imagen rara de viernes por la noche, la voz lúgubre con la que se anuncia “Estación Carlos Pellegrini, combinación línea C y D”.

DaD. 18 de junio de 2010


martes, 8 de junio de 2010

quebrarse en el aire

Ya no pregunto por qué fue,
sino por qué persiste
esta ausencia de letras,
esta naturaleza bañada de desencanto.

Lo que hace un tiempo inspiraba
hoy no conduce a nada.
El baile disonante de las animas.
Antes creía que el sol brillando alcanzaba

pues bien, ahora vemos cuan errado estaba.
Su presencia el entorno cambiaba
para regalarle prosas y versos
a cambio de su falta de alma.

Fue quebrarse en el aire
en medio de un suspiro,
verte partir entre los edificios
dejando detrás la persona que fui

y trayendo la que volví a ser.
Solo quedan un millón de clavos
en mis manos para sostenerme
en este poste donde estoy crucificado.

DaD. - 8 de junio de 2010