Cuando notas que jugaste mal las cartas
y la suerte bastarda no te acompañó
te perdés mirando el techo
mientras el día se hace lento.
Se derraman lágrimas
que intentan curar el lamento
y la noche, no se engalana
Estalla un vidrio a lo lejos
sentís que tu alma
se destroza de nuevo
la extraña magia
de convertir la ilusión en desazón
la compañía en soledad
la calma en tensión
Todo por el mismo precio
de no ser buen jugador
apostarle siempre al corazón
y a una sonrisa que hoy
desnutre la pasión
y nos hunde en la triste desilusión
DaD. - 12 de Junio de 2011