Escuche ramas moverse
acariciadas por el viento leve.
Entibiaba el cuarto la luz celeste.
Luna ardiente
del paisaje de sonidos
que se armaba en mi mente.
Árboles desvestidos en otoño
hojas crujientes
de pasos y brisas que las mecen.
Enroscada en el azar
bailaba mi suerte
maltratada la salud,
tenia mi numero la muerte.
La pluma de un gorrión
contra la ventana golpeó fuerte
para los oídos
que gritaban el dolor de siempre.
Reconocí la puerta del frente
al abrirse de repente,
rechinaron las maderas,
aquello que venía subía la escalera.
Tiritaban los dientes
cuando el frío tocó mi piel reseca
y perdí el miedo al volverme esencia.
DaD. – 18 de noviembre de 2009
2 comentarios:
me gusta
pero me pones triste
y perdí el miedo al volverme esencia.
gracias
kisses
:p me volvi internacional jaja
como estas tanto tiempo?....espero no te hayas perdido y veo que sigues siendo un gran poeta...eso de "tiene mi número la muerte" sabes que va conmigo....beso enorme!
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