Ya no pregunto por qué fue,
sino por qué persiste
esta ausencia de letras,
esta naturaleza bañada de desencanto.
Lo que hace un tiempo inspiraba
hoy no conduce a nada.
El baile disonante de las animas.
Antes creía que el sol brillando alcanzaba
pues bien, ahora vemos cuan errado estaba.
Su presencia el entorno cambiaba
para regalarle prosas y versos
a cambio de su falta de alma.
Fue quebrarse en el aire
en medio de un suspiro,
verte partir entre los edificios
dejando detrás la persona que fui
y trayendo la que volví a ser.
Solo quedan un millón de clavos
en mis manos para sostenerme
en este poste donde estoy crucificado.
DaD. - 8 de junio de 2010
1 comentario:
qué triste te leo
qué pasó?
no te pinches... hay sol, pasa q a veces no lo vemos
te kiero
cuidateme
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