Se ha escapado la Princesa
de la habitación que la tenía prisionera.
Allí en su dormitorio de doncella
fue que ha roto su cadena.
A tiempo se dio cuenta
que era el momento de estar despierta,
de ambicionar con posibles fronteras,
de atravesar ventanas ajenas.
Saber que la felicidad
puede no ser pasajera.
Que quizás otro Duque la espera
cargado de futuro y sin tanta promesa,
para cambiar pañuelos
por flores de primavera
y que entre cada sábana inquieta
le brinde amor y le baje una estrella
para que en las noches alumbre
su camino de incertidumbre.
DaD. – 15 de diciembre de 2010
1 comentario:
Te espero los domingo, como siempre en mi erizo...
no tengas frío en esta navidad.
(rezo por vos).
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