encontré esto en mi facebook... debería anotar las cosas en otros lados.
29 de agosto de 2013 a las 10:02 ·
Todo se rompió en mis manos
siento que nada puedo hacer.
De más está quedarse de rodillas
mirándola irse, preguntando por qué
Volver a remendar el alma
con parches gastados, con hilos usados;
con la pena más onda, un profundo pesar
viendo que se aleja un poco más.
Para encontrar el cielo soleado
ante el gris profundo de la mañana
Beber el dolor de la madrugada
convirtiéndola en aliada
El camino empieza de nuevo
algo rengo,
pero todo para mi
lunes, 29 de agosto de 2016
martes, 16 de agosto de 2016
cómo dibuja...
Subía en espiral con los pasos perdidos y la mirada fija en cada laja, pero algo encandiló el rabillo de mi ojo. Como si una mano se hubiese posado en mi hombro, como el chistar de una lechuza distrayendo mi atención en el silencio nocturno.
Alcé la vista y me pregunte cómo dibuja está luna la delicada silueta de cara…
foto: Diego De Gregori 2016 |
viernes, 12 de agosto de 2016
ausencias
Me fui en tren, que siempre viste bien, destino Rivadavia. Leía tranquilo y me floreció la cabeza. Saqué mi cuaderno y no tenía birome, pequeño problema si uno quiere vomitar tinta. No tardé en notar que lo ambulantes ya no deambulan con ellas en oferta. Pensé en la lógica celular (móvil) ahora venden auriculares… caramba! También los olvidé y nadie pasa ofreciéndolos.
A la noche me regalaron una birome… no funciona
Me molestan tus ausencias / es que me asusta tu silencio / Pero me gusta reconocerme / en la perseverancia de buscarte / en el placer de encontrarte
A la noche me regalaron una birome… no funciona
Maldigo mi memoria para las caras porque creo que te conozco. Pero nos vimos tan solo una vez. En una reunión de trabajo a destajo y creo que todo el mundo conoce a todo el mundo y no es así y saludo como diciendo “te acordas?” Pero no! Maldigo mi memoria para las caras porque suelo perder el nombre
miércoles, 3 de agosto de 2016
musica fuera del confort
¿Cuánto hay de no querer abandonar la zona de confort en escuchar la misma música?
Quizás más de lo que podemos pensar sin analizar profundamente. Es entrar a un laberinto desconocido, casi como cambiar de barrio. Pero a mí me gusta meterme en calles secundarias. En cada acera donde los transeúntes no son un conglomerado hay una historia importante para alguien. Su hogar de toda la vida, los amigos de siempre, el primer amor; y obviamente los desencantos, las desilusiones y la traición.
Entonces está buena la aventura de caminar allí, donde pocos se atreven a pasar por debajo de balcones descoloridos, por paredones infinitos. Ni hablar si en alguna esquina está lleno de juventud o de gente mayor. El terreno del otro, de ese otro tan diferente.
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