Cronica de un ascenso en medio del café

La salida de casa fue pasada la una y cuarto, lo que me llevó a perder el tren. Avisado Tomas para que no se suba a ese tren, tomamos en que le siguió. Esto trajo la primer consecuencia: El bondi que nos tomamos después era el coche numero 13. Es de buen augurio, pensé luego de que Tomas me de aviso del número.

Llegamos a Parque Centenario y fuimos hacia el café. Le pedimos al tipo de la barra si nos podía poner el partido (estaban mirando golf) nos dijeron que si y nos preguntaron quien jugaba. Tigre – Chicago respondimos y nos fuimos a sentar.

El mozo que nos atendió (un poquito gay) lo chamulló un rato a Tomas... (NdE: a mi ya ni los gay me chamullan.)

Un café y dos medialunas para mi, un café con crema y dos medialunas para el señor de buzo polar. Casi coincidiendo con el pitazo inicial, nos sirvieron lo pedido, acompañado de jugo de naranja y por dos baibiscuit (que alguien me diga como se escribe) Un solo sobre de azúcar puse, me pareció amargón, pero me la banqué. Comí primero la baibiscuit y luego mis dos medialunas. Tomas opto por dejar una medialuna ya que al terminar la primera Tigre ya se imponía 0-1 con gol de Castagno. El jugo le pareció fuerte, le dije que lo rebaje y me respondió: o ponerle azúcar. Calladitos en un lugar tan publico contuvimos el festejo pero los nervios se notaban como cuando Tomas trataba de tomar su café.

Entretiempo y una nueva ronda que llego (con su baibiscuit y su jugo) Obviamente repetimos los pasos anteriores (incluso el comentario del jugo)

Y apareció el patito Galmarini (el ídolo de Emiliano) y Tigre se pone 0-2, dos minutos mas tarde descontó Higuaín, para que Tomas no pierda la palidez que lo pintaba. Mi corazón parecía salirse y los sms de Silvana y Lucas no paraban de llegar, todos nerviosos, todos angustiado.

Penal para Tigre!!! Alegría y alivio... pero el partido no continuo. Un fuerte abrazo, la camiseta al hombro, pagar la cuenta salir y gritar!! El desahogo, la alegría, las ganas de volar hacia Victoria, pero primero había un examen que rendir.

En una hora lo resolví, bien o mal poco importaba, llegue a la parada en donde el 15 fue la nave que me deposito en la estación Belgrano para que, corrida mediante, tomar el tren hasta Victoria. Tren en el cual me entero, gracias a Silvana, todo lo ocurrido a la salida de la cancha.

Estación Victoria y caminar hacia la cancha. Los fuegos artificiales daban las señales de una fiesta, cada cuadra del barrio se veía muy diferente, sonrisas, nenes con banderitas, azul y rojo por todos los costados. El club volvía a cobrar la vida que la historia le dio.

Las tribunas se colmaban con el correr de los minutos, la gente se agolpaba dentro del campo de juego, más de 20000 personas estaban de fiesta. Tigre ha vuelto a primera y los rugidos se hicieron escuchar cuando el plantel ingreso al estadio.

Gracias Tigre por volver, te voy a seguir acompañando como siempre, como cuando éramos poquitos y estábamos ya descendidos a la B y como cuando bordeamos la C.