jueves, 4 de octubre de 2007

El andén

El desolado paisaje en la estación, es la fina estampa de que el tren acaba de pasar; un cigarrillo el piso, aun humeante me lo confirma. Es el instante en el que el andén se asimila a la muerte, frío y silencioso. El puesto de diarios aun permanece abierto; el borracho con sus horas bebidas busca alguna moneda perdida, mientras fuma el cigarrillo que levanto del piso.
La mente divaga y llega a pensar extrañezas, al tiempo que comienza a arrimarse gente bajo el techo de madera con estilo ingles, iluminado por luces celestes y parpadeantes. El banco, con un travesaño de hierro por respaldo, se torna algo incomodo, y claro, entre cuatro bancos disponibles yo tenía que sentarme en el que esta en peor estado.
El murmullo ya gano lugar y el tren vecino recogió a la gente de enfrente. Caras raras que se mueven sin sombra; almas extrañas que no se volverán a ver o al menos no se reconocerán. Si hay luna no lo sé, las estrellas que brillan desde acá abajo no se ven; no hay pájaros, no hay perros.
Infinito paisaje de estación, foto móvil y repetida, común del noche a noche, para el que perdió el tren y debe esperar al ultimo.
D.A.D.
31 de marzo de 2005
23:49hs.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

muy bueno!!! besos!!!

Anónimo dijo...

Gracias a leer lo q escribiste muchos recuerdos me vinieron a la mente.... varios episodios lindos de mi vida ocurrieron en un anden.... Gracias!

Mariela dijo...

Me gustó mucho, me llevaste ahí a la estación.

Besos!!!