miércoles, 27 de enero de 2010
domingo, 24 de enero de 2010
Condena interior
El frío recorría la zona cuando volví a casa en un Renault antiguo, nunca supe de modelos de autos, incluso jamás debería haber intentado manejar. Sobre todo en esa noche oscura en la que sólo se escuchaba el ruido de las hojas como un murmullo entre el viento.
Era muy tarde, entré a casa con los pies descalzos para evitar los ruidos molestos de los pisos de madera, sin embargo no pude con el grito fatídico de las bisagras que tantas veces prometí aceitar -quizás hoy todo sería distinto si hubiese cumplido la desgastada promesa-. El chillido despertó a Mariana en plena madrugada, eran las tres y media, y mi aliento a alcohol indisimulable. Bajó las escaleras asustada por el ruido, pero al verme ir hacia la cocina un poco de costado, apuró el paso. Un metro, o tal vez dos, antes de llegar a mi lado se frenó y echó a llorar. La miré sin decir palabra, sin abrazarla y sin sentirla. En el patio el perro lloraba rascando la puerta, el mantel sobre la mesa tenía las puntas inmóviles, nunca supe si pasó un segundo o una hora, hasta que los zapatos se me escaparon de las manos y rebotaron fuerte contra el suelo. Mariana reaccionó y se abalanzó contra mi gritando e intentado golpes que contuve agarrándola de la muñecas; a lo mejor es un pensamiento rebuscado, pero creo que no debí haberla soltado hasta que se calme; no la retuve más allá de un rato y la empujé fastidioso hacia la puerta de atrás. El perro ladraba más fuerte y corría por el fondo. Intenté ir hasta el baño pero algo golpeó en mi nuca, al darme vuelta vi cerca de la silla uno de mis zapatos, levanté la mirada hasta la línea de la suya para insultarla, pero a un insulto le siguió otro y otro más. Las palabras más hirientes que jamás alguien debe pronunciarle a quien ama se soltaron de mi lengua, y le dije que había otra haciéndome feliz, que ella había conseguido alejarme con sus gritos y celos constantes, y en cambio Julieta, su mejor amiga, era la maquina sexual que ella nunca había sido. La guerra no tardó en llegar, el otro zapato rozó mi cabeza antes de tener que atajar una de las sillas de madera; lancé el florero con rosas marchitas contra la puerta, el agua dibujó una escena de desconcierto entre pétalos oscuros y espinas. Corrió. La seguí hasta la habitación, se calzaba un jeans por debajo de su camisón, llorando pasó por delante del espejo en donde frenó, se miró con tristeza pasando los dedos sobre el vidrio el cual golpeó con ira y gritando bien fuerte. El perro aullaba sentado sobre su cucha, la sangre fluyó como un río desde las venas abiertas de la joven Mariana que cayó tendida en el suelo. Sin reacción inmediata me acerqué, pálida como la seda que la vestía se había despedido de todos sus dolores, y la abracé sin llanto, mientras las ropas se nos teñían de rojo.
Era muy tarde, entré a casa con los pies descalzos para evitar los ruidos molestos de los pisos de madera, sin embargo no pude con el grito fatídico de las bisagras que tantas veces prometí aceitar -quizás hoy todo sería distinto si hubiese cumplido la desgastada promesa-. El chillido despertó a Mariana en plena madrugada, eran las tres y media, y mi aliento a alcohol indisimulable. Bajó las escaleras asustada por el ruido, pero al verme ir hacia la cocina un poco de costado, apuró el paso. Un metro, o tal vez dos, antes de llegar a mi lado se frenó y echó a llorar. La miré sin decir palabra, sin abrazarla y sin sentirla. En el patio el perro lloraba rascando la puerta, el mantel sobre la mesa tenía las puntas inmóviles, nunca supe si pasó un segundo o una hora, hasta que los zapatos se me escaparon de las manos y rebotaron fuerte contra el suelo. Mariana reaccionó y se abalanzó contra mi gritando e intentado golpes que contuve agarrándola de la muñecas; a lo mejor es un pensamiento rebuscado, pero creo que no debí haberla soltado hasta que se calme; no la retuve más allá de un rato y la empujé fastidioso hacia la puerta de atrás. El perro ladraba más fuerte y corría por el fondo. Intenté ir hasta el baño pero algo golpeó en mi nuca, al darme vuelta vi cerca de la silla uno de mis zapatos, levanté la mirada hasta la línea de la suya para insultarla, pero a un insulto le siguió otro y otro más. Las palabras más hirientes que jamás alguien debe pronunciarle a quien ama se soltaron de mi lengua, y le dije que había otra haciéndome feliz, que ella había conseguido alejarme con sus gritos y celos constantes, y en cambio Julieta, su mejor amiga, era la maquina sexual que ella nunca había sido. La guerra no tardó en llegar, el otro zapato rozó mi cabeza antes de tener que atajar una de las sillas de madera; lancé el florero con rosas marchitas contra la puerta, el agua dibujó una escena de desconcierto entre pétalos oscuros y espinas. Corrió. La seguí hasta la habitación, se calzaba un jeans por debajo de su camisón, llorando pasó por delante del espejo en donde frenó, se miró con tristeza pasando los dedos sobre el vidrio el cual golpeó con ira y gritando bien fuerte. El perro aullaba sentado sobre su cucha, la sangre fluyó como un río desde las venas abiertas de la joven Mariana que cayó tendida en el suelo. Sin reacción inmediata me acerqué, pálida como la seda que la vestía se había despedido de todos sus dolores, y la abracé sin llanto, mientras las ropas se nos teñían de rojo.
martes, 19 de enero de 2010
Destino
"...olvidar es divino
y fuerte la fuerza del destino..."
(Corazón en Venta - Andrés Calamaro)
y fuerte la fuerza del destino..."
(Corazón en Venta - Andrés Calamaro)
Una luz brilló oscura
entre todas las luces oscuras.
Sin embargo la vi
tímida se desnudaba para mi.
Flotaba en una galaxia
cargada de ceguera,
constelaciones de cemento,
malas mezclas de cal y arena.
La escuche a pesar de la sordera
que los paseantes generan
en las atestadas calles
de esta gris selva.
Pero el destino encuentra
las cosas que te desvelan
a pesar de las prisas
del nuevo mundo.
Saltamos de alegría,
callamos las tristezas,
y poco a poco consumimos
cada una de las penas.
DaD.- 19 de enero de 2010
sábado, 16 de enero de 2010
[Las turbulencias de lo cotidiano...]
“Well, we all need someone we can lean on…”
(The Rolling Stones - Let it Bleed )
(The Rolling Stones - Let it Bleed )
Las turbulencias de lo cotidiano
pueden callar tu canto
pero jamás demolerán tu encanto
de paloma en busca del meridiano
con sus alas abiertas de libertad.
De sonrisa contagiosa, mirada fogosa
juega pulseadas con las estrellas.
En el universo no hay cosa mas bella
que escucharla reír. Tiene palabras
para curar todo aquello que hace mal
y si no las encuentra veras
igual a tu lado ella estará.
Qué nadie apague su fuego,
ese día perderá el mundo entero
y esta alma vagabunda
perderá el rumbo y la cordura.
DaD. – 16 de enero de 2010
jueves, 14 de enero de 2010
Trece ventanas
Trece ventanas me llevan
hasta los ojos más tiernos
que la vida me presentó
Trece cortinas trepo,
que te cubren cual velo
y te ocultan tímidas
dejando ver con la brisa
ese mechón rubio, decorativo
reposando en tu cara.
Trece reflejos distintos
por cada ventana,
de la luna hasta el alba.
Escalo trece marcos
para escucharte cantar
el tango de los amantes.
Trece aberturas te deslumbran
a ti, que no te oculta
ninguna sombra nocturna
Hasta allí, con esfuerzo, subo
en el piso los años absurdos
quedan debajo amontonados.
Trece ventanas te elevan,
me enamoran,
me sacan de la nada
... me transforman
DaD. – 14 de enero de 2010
hasta los ojos más tiernos
que la vida me presentó
Trece cortinas trepo,
que te cubren cual velo
y te ocultan tímidas
dejando ver con la brisa
ese mechón rubio, decorativo
reposando en tu cara.
Trece reflejos distintos
por cada ventana,
de la luna hasta el alba.
Escalo trece marcos
para escucharte cantar
el tango de los amantes.
Trece aberturas te deslumbran
a ti, que no te oculta
ninguna sombra nocturna
Hasta allí, con esfuerzo, subo
en el piso los años absurdos
quedan debajo amontonados.
Trece ventanas te elevan,
me enamoran,
me sacan de la nada
... me transforman
DaD. – 14 de enero de 2010
martes, 5 de enero de 2010
A tu encanto frío
A tus ojos claros
de mirada transparente,
a tus labios finos
que ya no les mendigo,
a ese conjunto de belleza le pido:
No me extrañes, nunca tu piel
fue para mi, de tu miel
nunca he podido beber,
y no tenían que ver
tus suspiros conmigo.
No me extrañes, la madrugada
nunca ha sido para los dos,
nunca nos entibió el mismo sol
y la lluvia nunca nos abrazó.
A tu encanto frío le digo:
Si de tus pasos hoy soy indiferente
y no me informo si subes o si vienes,
brilla en mi una luz diferente
que te oculta para siempre.
DaD.- 05 de enero de 2010
de mirada transparente,
a tus labios finos
que ya no les mendigo,
a ese conjunto de belleza le pido:
No me extrañes, nunca tu piel
fue para mi, de tu miel
nunca he podido beber,
y no tenían que ver
tus suspiros conmigo.
No me extrañes, la madrugada
nunca ha sido para los dos,
nunca nos entibió el mismo sol
y la lluvia nunca nos abrazó.
A tu encanto frío le digo:
Si de tus pasos hoy soy indiferente
y no me informo si subes o si vienes,
brilla en mi una luz diferente
que te oculta para siempre.
DaD.- 05 de enero de 2010
sábado, 2 de enero de 2010
Hoy no estoy para mensajes universales,
para melancolías, para curar heridas
(...) estoy para seguir.
(Para seguir - Andrés Calamaro)
para melancolías, para curar heridas
(...) estoy para seguir.
(Para seguir - Andrés Calamaro)
Desperté a media mañana, entre raros sones de sueños entrelazados, siguiendo la confusión pensé en las primeras palabras de un 2 de enero. Empezando el año tarde, o temprano, recordando un cumpleaños que no festejo y que nunca lo hice, pero que remite al pasado. Los planes son muchos, la calidad dependerá del resultado (del jurado) acá solo es bueno lo que resulta y no tanto por el cómo se forma.
Espero con esperanza (que por desgracia –y rima- no es una mujer) que las letras renazcan al vértigo de unos años atrás (06-07), cuan lejos en días da la cuenta, que cerca me parece y cuantas cosas han pasado en el medio y cuantas no; pero que este entusiasmo de (buenos) aires frescos perdure y no decaiga como es costumbre. Para que tal vez estas letras que acompañan detrás y las que vendrán, tengan tapa.
Empezare la búsqueda que me prometí hace un tiempo, esa que nunca cumplo, esa que esta haciendo que escriba este contrato público de audiencia corta, pero querible y entrañable que se toma el tiempo y la dedicación de leer cada vez que hay algo nuevo (o no, sé que algunos releen) y que además me ruborizan poniendo en sus estados de msn o en el facebook (conocido por unos pocos como: el caralibro), alguna frase o algunos versos. Gracias, aunque la palabra me suene corta; como así también a los que dejan algún tímido comentario en esta página, algo que se valora demasiado de mi parte.
Mis deseos de buena fortuna para todos! (el cual no llega tarde por ya haber cambiado el año, llega temprano por que se está despertando)
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