Trece ventanas me llevan
hasta los ojos más tiernos
que la vida me presentó
Trece cortinas trepo,
que te cubren cual velo
y te ocultan tímidas
dejando ver con la brisa
ese mechón rubio, decorativo
reposando en tu cara.
Trece reflejos distintos
por cada ventana,
de la luna hasta el alba.
Escalo trece marcos
para escucharte cantar
el tango de los amantes.
Trece aberturas te deslumbran
a ti, que no te oculta
ninguna sombra nocturna
Hasta allí, con esfuerzo, subo
en el piso los años absurdos
quedan debajo amontonados.
Trece ventanas te elevan,
me enamoran,
me sacan de la nada
... me transforman
DaD. – 14 de enero de 2010
1 comentario:
y eso que el trece dicen es mala suerte....lo reivindicaste!
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