miércoles, 10 de febrero de 2010

09 - Febrero 2010 - parte 1

Desde que pensé si el momento de comenzar un diario de viaje era el de la compra del pasaje, nunca imagine (antes tampoco) estar a media hora de embarcar (¿Por qué hablan de embarque si no hay nada que flote?) sin saber que va a ocurrir. Por lo que así de repente me suena Ariel Rot “ahora nadie me espera” (sin saber que decir)

Mientras tanto la postal es típica. Gente dormida en las sillas de plástico, anuncios que no son para uno, corridas, precios al doble de su valor, algún niño esquivando a la policía y las señoras intentando entender el cartel de arribos y partidas.

Tuve suerte con el tren. Ni bien me subí, salió hacia Retiro; además dormí unos 20 minutos, bastante para quien solo descansó dos horas.
No hay nadie en el micro, abajo son dos. Mi soledad en el piso superior se termina, llega un hombre. Afortunado él, me pregunta por el asiento 15 y con total puntería le señalo el que está frente a mi fila. Acierto, acertamos los dos. ¿Un micro vacío y el tipo tiene que estar tan cerca? Mientras no se le ocurra conversar, todo bien. Nos vamos cinco minutos después de lo anunciado.

Estaba segurísimo de que iba a haber y ver un accidente, pero dos en un kilometro ya es mucho. No dejo de preguntarme como hizo el camión para chocar así a ese auto. El otro un vuelco. Aburrido. ¡Cuidado! Ya somos cinco.
¡Que tipos macanudos los choferes! (Siempre quise usar macanudo) Me van a esperar en Rosario a que saque el resto del pasaje. Es que lo saque en cuotas y no me entregaron el 50%

Pasando la ciudad santafesina he podido dormir. De parador en parador. Me cambiaron el asiento, pero no me moví hasta que una señora, que era obvio que me venía a sacar, subió en la última parada (Villa María) me fui al 18 que era mi nuevo número, justo delante de donde estaba. ¿Es necesario colgarse de mi respaldo para ponerse de pie? ¿Es necesario levantarse y volverse a sentar en medio del viaje sin moverse a ningún lugar? Le atribuyo el fastidio al cansancio y a la hincha pelotas de atrás, obvio.

Llegué y volví a llegar. El taxista me cagó, me cobró a ciegas $9, le pagué con 10 y me devolvió 75 centavos. Pero acá estoy una vez más, para comer una pizza y mirar una peli.  Qué lindo atardece por la puerta de atrás.

3 comentarios:

Princesa dijo...

qué bueno que estes bien y que esos accidentes solo los hallas mirado :P
por donde andarás ahora??
aca con calor y amagues de tormentas que no llegan, sí estuve todo el día cargando un paragüas al pedo :P
cuidate mucho
te dejo besotes
te kiero
y segui contándonos

Princesa dijo...

qué bueno que estes bien y que esos accidentes solo los hallas mirado :P
por donde andarás ahora??
aca con calor y amagues de tormentas que no llegan, sí estuve todo el día cargando un paragüas al pedo :P
cuidate mucho
te dejo besotes
te kiero
y segui contándonos

Gabybell dijo...

Buen inicio del diario!! ;)

Tengo unas fotos que mostrarte, recuérdame la próxima ocasión ok?

Cuídate!!!