2 de enero a oscuras
Se ciernen nubes bajo este mismo techo,
se torna oscuro lo que vendrá,
quién ocupará este espacio,
quién llenará el lugar de este cuerpo blando.
Mañana al despertar ¿Los ojos se abrirán?
Dónde está aquello que no alcanzo.
Dónde va la mano que se estira más allá
de la cama y nada puede alcanzar.
Sobre salto de dolor, de espanto.
Nada hay, ni nada habrá más allá.
No sé si es el fin de la historia
o el comienzo de otra más.
Todo se desvanece antes de tiempo,
quizás sea un corte fatal.
Lo siento con fuerza: el devenir se deja ir
el camino es negro para salir de aquí.
DaD. – 27 de enero de 2011
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