Fin de la primera etapa
Es viernes 4, un día más en la transición. Todo ocurre temprano: me desperté, me controló la enfermera, limpiaron la habitación, la extracción de hematología, el desayuno tampoco se hizo esperar, incluso converso en el hall y temprano llega mi vieja con una visita matinal. Es Mirian que en imagen y relato me acerca el barrio. Tomamos unos mates, cerca de las 11 ella se va y ni bien traen el almuerzo, con mi mamá comemos. Es raro porque siempre esperamos casi una hora, sin embargo hoy apenas son las 12.
Planeo la tarde: Play, película o sentarme a escribir. Decido postergar la decisión para después que pase Bibiana para ver si hay alguna novedad desde La Plata (piensan en trasladarme para que me operen del bazo) y si la tomografía arrojó alguna cosa. En secuencia con el día la Doctora aparece apenas dan las 13 y me dice que desde Tigre ya me vienen a buscar por que hay que estar antes de las 16 en La Plata: Sala B, Cama 4.
Mi mamá junta las cosas, yo me doy una ducha. Después ella termina el papeleo y yo de acomodar, pero los del SET ya están acá. Mi remese especial, donde atado a una camilla protocolar, me cambian de hospital.
Quise dejar una nota al cuerpo de enfermeros, no me alcanzó el tiempo. Tengo bronca, era algo que sentía hacer, quizás suene a estupidez pero me quede con el cartelito de “Gracias por todo” entre los dientes. Le dejé la llave a Cristian, para cuando mi hermano vaya a buscar las cosas que allá se quedaban un rato más.
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